jueves, 22 de julio de 2010

Cuentos de mi niña interna III

Había una vez dos hermanos que les gustaba mucho sacar fotos, entonces una vez desidieron ir al jardín japonés a sacarle fotos a los peces y llendo para ayá uno de ellos que se llamaba Gilberto, tropesó con un trapo, va en realidad era una muñeca de trapo pero estaba tan destruída que parecía un trapo. Carlitos que era el hermano se preocupó por su caída y Gilberto no se preocupó, nisiquiera un pelito, entonces Carlitos se despreocupó y siguieron camino.
Cuando llegaron, un pez los recibió con mucho cariño por que ya los conocía, caminaron por un puentecito de piedras y, ha!! Me olvidé de contarles que los hermanos venían armados para meterse al río con sus amigos los peses, y cuando se metieron jugaron y jugaron con los peces, y siempre que iban se hacían amigos de alguna otra criatura del río, y esta vez se hicieron amigos de un cangrejo que era re bueno, y ustedes no se imaginan a los chicos y a los peces mirando al cangrejo y todos caminando para el costado y el cangrejo estaba re feliz por que a él le encantaba enseñarles cosas a sus amigos y además era re gracioso ver a un montón de peces y a dos chicos mirando un cangrejo y el cangrejo enseñándoles a caminar del costado.

Cuentos de mi niña interna II

Había una vez una señora que cuando decía algo se le cumplía, por ejemplo decía: que en el mundo nunca alla maldad y que siempre alla alegría. Y eso se le cumplía, pero eso no eran tan pero tan bueno como ustedes creen, porque ella se lo pasaba todo el tiempo diciendo cosas que ella quería, y nunca iba y se las buscaba. Un día un señor le dijo que tratara de buscarse por lo menos una cosa y ver si quería seguir diciendo cosas, porque este hombre trataba de que todas las personas sean felices, y esta señora decía que ella era la persona más feliz del mundo porque si decía algo lo tenía, pero todos sabían que a la señora que se llamaba Martina le faltaba moverse y proveerse lo que ella quería, no que lo dijera y que se le cumpliera, porque así no era totalmente feliz.

Un día la señora o sea Martina probó lo que le decía la gente y le gustó, entonces lo hizo por siempre, pero primero se lo quería contar a el señor que se llamaba Juan Carlos y así, que se ponga más feliz que nadie en el mundo, por que al señor le encantaba saber que la gente estaba feliz.

A la mañana del día siguiente Martina le dijo a Juan Carlos:
Aller me di cuenta que todos tenían razón, yo soy mucho más felíz buscandome yo sola las cosas que quiero.
Y entonces hoy empezás una nueva vida, le dijo Juan Carlos
Re contento de su amiga.
¿Y saben qué le dijo Martina?
Le dijo: Sí, empezamos una nueva vida, y Juan Carlos le dijo:
¿No te querés venir a vivir con migo?
Y Martina respondió: ¡¡¡Dale!!! ¡Que buena idea!

Y desde ahí en más los dos amigos vivieron untos y muy felices por el resto de sus días.

Cuentos de mi niña interna I

Había una vez una cosa que de afuera era igual re distinta de adentro. De adentro, una casa era re oscura y re aburrida, y la otra era re luminosa y re dibertida, en la oscura y aburrida no había pajaritos que píen y tampoco insectos que rompan las hojas de el jardín negro de esa casa. Encambio la otra casa luminosa y dibertida habían pajaritos que piában y en especial un colibrí que era re pero re lindo y piába y piába por que en esa casa todo era felicidad. Después el colibrí se fue con sus amigos a un castillo pero ese castillo no era cualquier castillo, era un castillo encantado, pero no era un castillo que había fantasmas o mounstros, era un castillo en el que habían muchas hadas y esas hadas eran re buenas y re dibertidas y ellas cantaban, pero no cantaban como todas las hadas, cantaban con el aliento, y cantaban unas melodías tan lindas que si las escuchabas te ponías a bailar, y había otro castillo donde nada de esto existía, sólo existían la tristeza y el aburrimiento, ¡ah! Y obviamente el susto por que ahí habían mounstros y fantasmas que asustaban a toda la gente que ponía por lo menos un dedo en el castillo.

Una vez un señor muy sabio dijo: en el castillo divertido habrá una cosa mala y será laba.
En el castillo aburrido habrá una cosa buena y será agua con pesecitos lindos que nadan por el agua linda y divertida.

Al castillo aburrido con algo bueno antes los hombres lo habían llamado NEGRO, y yo lo llamaré TURQUESA.
Al castillo divertido con algo feo antes los hombres lo habían llamado BLANCO, y yo lo llamaré TURQUESA.

Entonces de ahí en mas la gente fue mucho más feliz con los TURQUEZAS, y nunca les falto ni la felicidad ni la tristeza.

domingo, 11 de julio de 2010

EXPOSICIÓN DE KATARSIS

hay muchas palabras que no me sirven
hablar mucho es mi flagelo
desandarme desanudarme desconsiderarme
olvidarme
alejarme
sensación inadjetivable, la de hablar mucho y quedar desnudo
y que sus ojos te amenacen
sabe que estás vacía de defensa
y que él es más poderoso
el flagelo inerte, y ese baho grisáseo que te envuelve y tu piel cayéndose de vos

te estás pudriendo
ahí
enfrente

REENCARNACIÓN NEGRA O BLANCA

suaves y negras pestañas no mueran
no se dejen arrancar
no

no
que ustedes no vuelven a crecer
como nosotros

no

UNIONES MÁGICAS

no te rompas
no te vayas de la verdad
no olvides

este anillo piedra tesoro
no olvides

despedirte de un tesoro es descrecer
no olvides

si el cuerpo se acuerda de cómo encontrar la lámpara

IRONÍA A LOS JÓVENES INFIERNO

La cantidad de soberbia me desgarra
qué tenés que demostrar
no alcanza el amor
y entonces
sí,
claro
sacrifiquémoslo
haciendo como que lo tenemos
en vez de sentir lo poco, hacer que mucho
y así tenemos menos
sí,
claro
sacrifiquémoslo
que todos sepan que tenemos mucho
sí,
claro

APROXIMACIÓN

Algunas cosas las conozco
no conozco el agua
a veces sí
no

no
hoy no la conozco
si estoy florecida sí
enamorada
cuando me siento amada conozco todo
porque me atrevo
hoy que cigarrillos y café, no
desconozco todo
sólo cuando el ángel viene
comienzo a conocer un poco.

SACRIFICIO

todo lo que ves es vos, aunque no quieras
o
no sepas
veo desde adentro
y si veo desde afuera,
murió la fuerza
murió la niña
no pudo consigo
y comenzó a ser otro,
el de al lado.

FRÍO EN UNA PIEDRA AZUL

Veo un miedo a su ausencia
ya extraño su presencia
ya extraño sus pasos
ya conozco como convivir con su muerte,
y no murió
Espero
que estas palabras no la lleven a caminar por ese puente
Espero
que la preparación
para su muerte
no la hagan morir.
Temo
que la fuerza de estas palabras
hagan
su cumplido
que la fuerza de estas palabras
secan los ojos
que cocidos se encienden y
arden

¿Para qué se acaba este café?
que me quede sin aliento
que renazca el deseo
y se impute este pecho
y se clave
en los ojos
y ellos no puedan ya mirar.